La recepción de los hinchas, tumultuosa, se produjo afuera de la cancha. Adentro, las puertas estuvieron cerradas producto de la sanción de la agresión que sufrió Maximiliano Olivera en el partido ante Peñarol. Las tribunas estaban vacías, despojadas de pasión, pero hubo un sentido homenaje a César Luis Menotti, crédito local. Y sobre el césped de Arroyito, Rosario Central sucumbió ante Atlético Mineiro, el primer clasificado a los octavos de final de la Copa Libertadores. Los brasileños, dirigidos por Gabriel Milito, lograron destrabar el partido en el final. Los canallas quedaron muy complicados, obligados a ganar la semana que viene ante Caracas, que perdió con los uruguayos en Venezuela (gol de Guzmán Rodríguez).
Rosario Central la pasó mal, especialmente en el primer tiempo. Y si no viajó al descanso en desventaja se debió a las firmes mano de Jorge Broun y el travesaño, que amortiguó un tiro libre muy bien ejecutado por el gigante Hulk.
Atlético Mineiro dominó de principio a fin. Y aunque no siempre la tenencia es una garantía de eficacia, el conjunto brasileño hizo un buen uso de ese 74% de posesión. Con salida prolija desde el fondo, sumó pases y fue asociativo y llegó con claridad al área rosarina.
Paulinho tuvo dos situaciones muy claras. Fueron tiros potentes que Broun solucionó con dos voladas sensacionales. Y sobre el final de la primera etapa, Hulk remató desde cuarenta metros, de zurda, a colocar, y la pelota se estrelló en el parante horizontal.
El equipo de Miguel Angel Russo se paró de contragolpe, pero no tuvo jugadores veloces para desequilibrar. La única excepción fue Jaminton Campaz, volcado a la izquierda, quien tuvo un particular mano a mano con Renzo Saravia. El colombiano alternó buenas y malas, pero sus desbordes no hallaron respuestas en Agustín Módica, el joven centrodelantero canalla. Por el otro sector, se proyectó menos Damián Martínez. Y en este contexto, no apareció Ignacio Malcorra, más preocupado por colaborar en la contención que gravitante en la creación.
En el segundo tiempo, los rosarinos equilibraron con ímpetu, pero sin fútbol. Así y todo, Campaz estuvo cerca de quebrar el cero con un zurdazo que se perdió cerca del arco de Everson.
Atlético Mineiro ya no era tan punzante, muy a pesar de sus laterales. Hasta que Milito movió el banco. Entraron Igor Gómez y Alisson Santana, quien fue protagonista de la jugada del gol. Armó una pared con Paulinho, Eduardo Vargas –otro de los relevos- jugó atrás y el propio Paulinho definió cruzado.
Rosario Central nunca pudo recuperarse. Y los brasileños lograron un nuevo triunfo para sostener el invicto de 12 partidos que ostenta el técnico argentino.