Su parecido lleva a una lógica confusión. Las dos frutas son verdes, con una piel escamosa que recuerda a un huevo de dragón. También por tener una pulpa blanca y dulce, y semillas bastante grandes en tonos de marrón y negro.
Las semejanzas hicieron que, en algunos países, ambas recibieran el mismo nombre, chirimoya, lo que no hizo más que acentuar la confusión de los consumidores de frutas exóticas.
La razón de este parecido es muy simple: el anón y la chirimoya pertenecen a la misma familia biológica. Y este condicionamiento de la naturaleza solo puede ser salvado al consultar el nombre científico, en latín.
Más allá de las catacterísticas que comparten, existen varias diferencias que conviene conocer para salir de la duda.
Qué diferencia hay entre el anón y la chirimoya
El árbol Annona squamosa recibe diferentes nombres, como anón, riñón, anona, o saramuyo. Pertenece al género Annona y por eso es pariente biológico del chirimoyo (Annona cherimola), indica el sitio iNaturalist. De estos árboles se obtienen dos frutos parecidos, pero diferentes.
La chirimoya o Annona cherimola, originaria de los Andes Peruanos y las montañas de Ecuador. Foto: Pexels,Shraddha Kulkarni.El Annona squamosa es un árbol pequeño, que alcanza entre seis y ocho metros de alto, que a los cinco años puede producir medio centenar de anones, un fruto de piel verde.
En general redondo u ovalado, el anón tiene unos diez centímetros de diámetro y pesa entre 100 y 230 g. Está cubierto de escamas verdes y, por eso, suele ser confundido con la chirimoya, que parece un huevo de dragón por su aspecto exterior.
Al igual que la chirimoya, el anón presenta una pulpa blanca, totalmente comestible, de sabor dulce, con muchas propiedades nutritivas y llena de semillas marrones y lisas, según describe el portal El Gourmet.
Entre los beneficio de esta fruta, el sitio Tua Saúde destaca el aporte de polifenoles, compuestos alcaloides, vitamina A y C y fibra. Tiene propiedades antihipertensivas, anticancerígenas, antioxidantes, antiinflamatorias, antiobesidad, antidiabéticas y digestivas.
El árbol del anón es propio de climas tropicales y subtropicales de América Central y abunda en el Caribe, en lugares como Cuba y Puerto Rico, además de El Salvador, Venezuela y Colombia.
El anón, o Annona Squamosa. Su árbol es típico de climas tropicales y subtropicales. Foto: Wikipedia.El anón, por supuesto, se consume como fruta fresca y también es el ingrediente de helados y licuados. Además, se incluye en bebidas refrescantes y se utiliza para la elaboración de vinos.
El chirimoyo, en tanto, es originario de los Andes peruanos y de las montañas de Ecuador. Es decir que, a diferencia del anón, requiere de un clima fresco y de más de 900 m sobre el nivel del mar. Conocido por los pueblos originarios hace siglos, fue llevado por los españoles a Europa durante la Conquista.
En España recibió el apodo de “manjar blanco” y su cultivo se multiplicó. Tanto que, actualmente, en las costas de Granada, su producción convirtió a España en uno de los mayores exportadores mundiales de la fruta.
La chirimoya pesa unos 200 g, en su versión europea, pero puede alcanzar el kilo en Sudamérica. Allí se cultiva en la Argentina, más precisamente en la Yunga jujeña.
Semillas de la chirimoya. No se debe consumir porque contienen sustancias tóxicas. Lo mismo ocurre con las del anón. Foto: Clarín.De acuerdo al sitio Semana, también es bien conocida por sus propiedades benéficiosas para la salud, gracias a su contenido en potasio, vitamina C, fibra y hierro. También se destaca por sus polifenoles y un alcaloide que ayuda a regular la secreción de químicos asociados a la depresión.
El portal agrega que es eficaz para evitar la anemia, por el hierro, fortalecer huesos y músculos, por el potasio, y el sistema inmune, por la vitamina C. Y gracias a su contenido de agua y fibra también favorece la acción del sistema digestivo.
La única precaución a la hora de degustar estas frutas es pelarlas y devolver intactas a la mesa sus grandes semillas negras, duras y difíciles de digerir. La Universidad de Texas, en El Paso, afirma que estas semillas contienen sustancias tóxicas que, si se ingieren en cantidad, resultan perjudiciales para la salud.