El canadiense Felix Auger Aliassime recibió otro guiño del destino en el Masters 1000 de Madrid y se clasificó para la final, donde lo esperaba el ruso Andrey Rublev, casi sin transpirar. Es que el checo Jiri Lehecka, verdugo del español Rafael Nadal, se tuvo retirar cuando el marcador estaba igualado 3-3 en un partido que apenas se extendió por 33 minutos.

Con visibles molestias en la espalda, Lehecka pidió ayuda y fue a los vestuarios para ser atendido por el médico. Estuvo ocho minutos en los camerinos y parecía que lo peor ya había pasado. Sin embargo, el dolor se hizo insoportable.

Terminó con los ojos llorosos y de rodillas sobre el polvo de ladrillo de la Caja Mágica antes de darle la mano a Auger Aliassime. Apenas llegó a su silla, el europeo partió una raqueta de la bronca. Y no era para menos: estaba jugando el torneo de su vida.

“Triste por vos, Jiri. Va estar de regreso pronto”, le escribió el norteamericano al checo una vez sellada su clasificación en la tradicional firma al lente de la cámara.

El canadiense, número 35 del mundo, ya había llegado a la semifinal sin tener que jugar los cuartos de final, después de que su rival, el número dos del mundo y máximo favorito, Jannik Sinner, se retirara por una lesión en la cadera.

También Lehecka llegó a la semifinal después que el ruso Daniil Medvedev se retirara tras el primer set el jueves por lesión.

“Una baja y un abandono consecutivos, es algo que nunca me había pasado en mi carrera, es una situación extraña”, comentó Auger-Aliassime.

“Es una cosa que ocurre, no sé, cada diez años”, se lamentó el joven norteamericano, en referencia a tantas retiradas en el torneo madrileño.

De este modo, Auger Aliassime será el rival de Andrey Rublev en la gran final del domingo. El ruso, en el primer turno de la jornada del viernes había despachado sin mayores sobresaltos al estadounidense Taylor Fritz por 6-4 y 6-3.